lunes, 14 de abril de 2008

¿Puede el frío dejarme vacía, penetrar mis hueso y perforar mi empalagoso cráneo?
¿Puede el frío arrebatarme del calor mortecino?
La respuesta será merecedora de mi póstumo cuerpo,
cuando en cenizas se esfume mi llanto, en lo eterno.
.+By Pavor Diurnus+.

miércoles, 9 de abril de 2008


Contemplando el cielo, el firmamento infinito, me siento mal, estos días han sido verdaderamente raros... el malestar creo ha decidido quedarse dentro de mi.


El cielo está azul oscuro... me sorprendo. Dos noches anteriores creo haberlo visto grisáceo...

o quizás un tanto azulado... (como sea creo...creer) no hay nubes en su infinidad, y en la eternidad más alta logro divisar una estrella, solitaria, pequeña, frágil. No es fácil lidiar con la vida, con la enfermedad cuando a tirantes con la muerte me encuentro. Un soplo de vida podría cambiar todo, pero ya no hay ganas, el cuerpo se ha desgarrado momento a momento... el sentido se ha extinguido ¡No hay lamentos, ni lágrimas, ni pena por la que sufrir hoy!, pero puedo decir que algo en mi ha muerto.


Quiero, deseo, siento las ganas de gritarle a los cuatro vientos que algo en mi ha muerto! que algo en mi ha fallecido, que algo en mi se ha ido para descansar, que algo en mi cuerpo ha dejado de funcionar, quiero decirles a todos que el que escribe este fragmento es mi cadáver, pues hoy sabrán todo aquel que quiera que he muerto. (¡!)


En la profunda soledad que ultraja mi pieza, una aguja ha perforado mi piso, como las lágrimas tiempo atrás perforaron mis ojos, como manos ajenas tiempo atrás interrumpieron mi infancia... Hoy quiero decirme y convencerme que he muerto, que la desesperación de mis padres, que las lágrimas de algunos amigos, la felicidad de los enemigos, a los que les da lo mismo puesto que nunca les importe, sino de palabras, a todos ustedes quiero decirles que hoy he muerto, que suene reiterativo, que suene tétrico, que sea ténebre, como sea, he muerto!


No es la felicidad, no es la soledad ni la tristeza, es sólo un lugar más donde puedo estar, pensar, sentir pero jamás cambiar, hubiese deseado que antes de informales a todos el suceso que me conlleva a escribir este trágico texto, que no he podido reprender mis errores, que jamás dejaré mi pasión por las melodías subterráneas, que jamás olvidé una palabra, que nunca me ahogué en lágrimas, que nunca dejaré de sentir mi éxtasis muerto, que nunca dejé de maquinar el "como habrá sido"... hoy sólo sé que algo en mi ha muerto, que mi cuerpo yace denso, pálido, trágico, encima de un lúgubre manto negro, encima de terciopelo, hoy he muerto. (...)


sábado, 5 de abril de 2008


...Suelo sentirme débil en un mundo de pensamientos influyentes. Dónde no se consideran necesarias mis necesidades. Pero con todas mis falencias, he de reconocer... Hoy, me haces falta.
Necesito de tu recuerdo vivo acá, que tus palabras antañas lleguen vivas a posarse a mi lado, que el recuerdo del calor mortecino se codeé con mi senil estado.

-Mañana no sé si me harás falta. Mañana no sé. Mañana no sé que será de mi vulnerabilidad ni de mi fragilidad, pero me atrevo a decirte que esta necesidad cesará.

No quiero por más tiempo desear tu cuerpo muerto a mi lado, leyendo un soneto, no quiero por más tiempo desear tus deseos entrando en mi cuerpo, no deseo por más tiempo unirme a esto que no me lleva a ningún trance, que me dejá en shock, que me quita el aire. Ya no deseo lo que veo. Ya no quiero nada de aquello.
Posiblemente mañana me hagas falta, pero esta vez será mi cadáver quien te clama.
Tal vez me hagas falta, pero no encontraras vida en esta figura blanca, delgada...




.+.:By Pavor-Diurnus:.+.

jueves, 3 de abril de 2008


Cuando no sé a qué atenerme, resulta fácil atenerme a nada, nadie en particular.
-Lloro.
Cuando no sé qué sentir, resulta factible no sentir nada.
-Lloro y gimo.
Cuando no sé que hacer, me desagrada hacer algo.
-Silencio.

Un disparo...

Quizás es por eso que me siento como un cráneo perforado, esperando que las sombras lleguen pronto.

Estoy enfrentando mi ultima hora, de cordura o locura. Y muy pronto te abrazaré del otro lado. Me siento senil, en un estado senil, con un pensamieto senil.
...A veces sólo quiero que patées mi rostro hasta desfiguralo por completo, para que mi recuerdo no te siga más por aquel sendero que te lleva hasta donde estoy. Sabes que las sombras caminan contigo, hablandote, contandote un secreto celoso de mi boca, mi boca muerta y cocida. Ya no me recuerdes más. Sabes que esto no va a mi pulcro lugar.
Un disparo... Secreto, celoso de lo nuestro, el silencio reina.

Tu imágen. Mi Crimen. Te Amo, Perdoname. Sólo un sueño. Un beso. La luz se apaga. El telón se cierra para siempre.

domingo, 30 de marzo de 2008


Anoche fue todo demasiado extraño. Desde el punto de situarnos en otro lado, al punto de llegar a ser uno. Pensé que no sería provechoso, que sería como siempre cuando estamos solos. Pero sigo pensando que eres un box, una caja de pandora. Me sorprendiste, extraña y sorpresivamente. Te Amo por eso. Porque adoro que dejes tu postura de macho recio, y dejes salir al Andrés que es un chico, enamorado, y como todo enamorado, cursi, romántico y llevadero. Me agrada que me hables al oído mientras tus manos se posan en partes tan mías, me agrada que sigas ese juego que pareciera no tener ningún tras fondo, me gusta que entre palabras cansadas me digas que soy tuya, que quieres estar mucho más tiempo conmigo para poder seguir en esto, me agrada que nuestros cuerpos siempre tengan la posibilidad de re conocerce, me gustas y me gustas mucho. Me gustan tus labios, que los dejes ahi para que los mios los sigan.. que seamos uno y no ninguno. Pero más que todo aquello amo que me ames, porque nunca antes había sentido demasiadas cosas, porque hace mucho tiempo que olvidé un beso sencillo, una siesta, una fiesta, conversar y fumar su cigarrillo, tomar un trago entre tus brazos, no es algo que se de todos los días y cuando sucede, lo disfruto. Tengo la certeza que eso nos hace bien, factible, hablarnos.

Me agrada hacer un recuento del tiempo y los buenos momentos que llevamos juntos, me agrada ver pasar el tiempo y sentir la noche fundirse arriba nuestro. Y por ahora sólo queda decir que me agrada ser uno completamente. Que me fascina ser tuya y que me fascina la existencia nuestra.


Te Amo Maldito!

sábado, 29 de marzo de 2008



Desde hace unas horas comenzaba a aburrirme, mis dedos se entumecían por el hecho de retener la misma posición desde hace unas horas. La ventana abierta dejaba entrar el frío de invierno a eso de las nueve de la noche, de una forma que me comenzaba a disgustar. Nada interesante era expulsado por la pantalla estúpida frente a mis ojos, nada que llamara mi atención, dilatara mis sentidos, contrayera mis pupilas. Nada. Nada.


En la cuidad, aquel lugar que comenzaba desde los pies del punto más lejano hacia afuera y en todas direcciones, se oían distantes las disputas juveniles, las bocinas de los automóviles; sonidos comunes, precisos y conocidos, sonidos nuevos, distantes y difusos. El Mismo ruido. La ciudad, nueve de la noche. Invierno. Más de lo mismo. El silencio reina desde las murallas hasta mi piel, Pese a que todo lo oigo, mi espacio vacío es una máquina de supresión, mi silencio una máquina de destrucción de lo que se mueve invisible por el aire. La pantalla estúpida reza sus parlamentos de máquina, su zumbido constante, su protesta, su grito de agonía se vierte en mis oídos, sin llegar vivo a mi. Más que un instante silencioso, me rodeo de los cadáveres de los sonidos muertos, sonidos sordos, sonidos extraños, comunes, nuevos, no sonidos, no silencio, ruidos muertos, silencio naciente. Hecatombe invisible: Nada. Y los cadáveres flotantes me hacen recordar ciertas cosas. Angustiante. El silencio se codea con el recuerdo y el recuerdo incita al sufrimiento. Ruidos, silencios, que me hacen sufrir. Un Poco. Quizás bastante. Cuento con la efímera compañía de algunos artificios sucios, cosas de menor importancia, botellas viejas de ron, cigarros doblados y colillas, imágenes de neón en mi mente, viajes de polvo. La compañía de tu ausencia. Cosas efímeras, me dispongo a cogerlas y olvidarme de respirar unos instantes, y el aire inundado de nada no me deja mover mi cuerpo. Cuento con mi compañía: Cosas efímeras. Cuento también, con algunos recuerdos. Suena el teléfono y deseo que del otro lado estés tú. Mi deseo se disipa, no me muevo a contestar. No me preguntaré si hice el esfuerzo por levantarme. Lo siento, es esta prisión, no pretendo dejar de hacerlo: Oprimir el botón. Una vez, otra vez, siento un leve cambio en los músculos de mi rostro, y llega a dolerme: mis ojos se han abierto más aún. Oprimir el botón, y la imagen de la pantalla estúpida se mueve, se transforma. Lo mantengo presionado (aprisionado), y la pantalla, transfórmase solamente bajo mi voluntad. Sólo destella. Me pierdo en el segundo que la pantalla se apaga antes de cambiar. ¿un cuarto de segundo quizás?, en ese instante me fundo en sombras, me pierdo, dejo de existir, muero. Y revivo, la pantalla ha cambiado, aparezco de las sombras iluminado por la culpa de la magnánima pantalla. Soy Un dios, vivo, muero y vivo. Soy Un dios. Como siempre quizás, me veo aprisionada en mis juegos, atrapada por mis sirvientes, consumida por mi culpa, enterrada en el túmulo flotante de cadáveres invisibles. Dejó de sonar el teléfono, vuelvo a sentir el silencio. Odio que me interrumpan. No supe si ciertamente eras tú del otro lado. Jamás lo sabré. Nunca. Miserable, Miserable. Busco una solución a mi infortunio. Salir de este lugar. Mi mano derecha sigue pulsando el botón.Mi mano izquierda, siente el frío metal, muevo luego de mucho tiempo mi cuerpo, sintiendo cada sonido en mis articulaciones y músculos, mi cuerpo duele demasiado, mi cráneo explota. Era el arma de metal frío en mi mano izquierda contándole un secreto a mi cráneo. El único proyectil que ahí había, celoso de no oír el secreto, salió violentamente de su escondite cilíndrico, sin tomar medidas de lo que sucedería. Aquel violento ruido me espiaba de mi pecado del silencio. Expulsaba los cadáveres de los ruidos muertos, para dar lugar al mío. Me unía en una comunión sinfónica, con los ruidos de la ciudad. La pantalla estúpida ya no cambia pero sigue gritando y moviéndose en blanco y negro. Tu recuerdo en la mesa me mira: La fotografía de tu cadáver en la escena del crimen que acabó con nosotros.

viernes, 28 de marzo de 2008



Dibujo bastante viejo, extraído de un gastadero de tinta en una hoja vieja en un verano viejo en una casa vieja, con un viejo amigo, mientras miraba viejo el cielo como un vieja en mi cama, una cama vieja que daba a una ventana vieja seguramente construida por las viejas manos de un viejísimo viejo.
...Pero las sensaciones fueron completamente nuevas. Siempre lo son. Soy una maldita ave fénix y me quemo... y mi boca se quema pensando... y gimo pensando en cosas que suelo reinventar para que suenen como nuevas sobre una nueva imágen, un nuevo deseo, un viejo instinto...


.+.:Pavor-Diurnus:.+.
-EpiloguE-